Jon se nos adelanta: palabras para arroparnos mientras pasa el aguacero

”Hay hombres que luchan un día
y son buenos
Hay hombres que luchan un año
y son mejores
Hay quienes luchan muchos años
y son muy buenos
Pero hay quienes luchan toda la vida
Esos son los imprescindibles”
(Bertolt Brecht, dramaturgo alemán)


Yo sé lo que es recibir noticias tristes cuando se está lejos de los abrazos que reconfortan. De ahí que las palabras vienen al rescate para tomarnos de la mano y conectarnos en un abrazo silencioso. Anoche estuve en la UCA, aquello estaba llenísimo, como se esperaba. Según me contaron los amigos de Guarjila, al menos 500 personas se habían venido a San Salvador y planeaban quedarse haciendo vigilia.


Yo estuve hasta pasada la una de la mañana. La luna llena fue generosa con su luz. Entre la luna y el amor de Jon multiplicado entre tantísima gente, fue una noche luminosa, cálida, inolvidable. Pasaron videos con entrevistas, documentales sobre Jon y Pro Búsqueda, un poco de todo. Me parecía un sueño estarlo escuchando tan presente, tan amigo, tan sonoro con su seseo de vasco que nunca le borraron los años diciendo "vápue", "guinda" y "cipote"...

El estaba acostadito en su ataúd cubierto con la "ikurriña" y la gente se turnaba para hacerle guardia de honor permanente. (Digamos que se turnaban para hacer la posta, pues!) Por ratos se me imaginaba que se levantaba, cansado de estar inmóvil y nos decía que había habido un malentendido, que no era cierto que estaba muerto, que a los 71 años todavía le quedaban muchos partidos de fútbol pendientes y más caminatas a Las Aradas para ir a decir la misa tan esperada cada mayo...*

Pero habíamos tantas personas llorando, limpiándonos los mocos con la camisa o con la toalla puesta en los hombros (porque hay que cuidarse del sereno...) y entonces uno cae a la cuenta que no es un sueño extraño del que ya vamos a despertar, sino que todo aquello sí está sucediendo, que efectivamente Jon ya no se va a levantar a decir la misa o a jugar con los niños, y que su voz firme y valiente ya no vibra más en su garganta de fumador...

Anoche en la capilla de la UCA recordé la ocasión cuando ahí mismo en ese altar donde hoy velamos a Jon Cortina, escuché a un niño de 11 años decir en una misa por Monseñor Romero: "Yo quiero pedirles que dejemos de hablar DE Monseñor y aprendamos a hablar COMO él"...y yo pensaba anoche mientras todos nos consolábamos hablando de Jon, que lo que ahora nos toca es atrevernos a hablar como él: Con la VERDAD y el amor en el alma, en la garganta y en la Vida.

*posdata histórica: en Las Aradas se conmemora la masacre del río Sumpul, una de las páginas más desgarradoras de la guerra en El Salvador.

Escrito en diciembre de 2005 a los amigos cercanos que viven lejos para llorar juntos la muerte de nuestro amigo Jon Cortina.